Espera un momento, no te vayas aún, quédate un poco más, te
lo suplico.
Estate conmigo, recordaremos cosas que hemos hecho juntos
llenas de felicidad.
Sabes de nuestro amor, sabes de nuestra dependencia, dijiste
que nunca lo harías,
sin embargo, veo que te vas, no cumples con tu promesa, odio
este momento.
La rabia hierve mi sangre, sentimientos de impotencia al
vencer la nada.
Se acaba nuestra esperanza, nunca el olvido permanecerá en
mi cabeza,
aunque la amargura destroce mi alma recuerdos de ti siempre querrán
animarla
La batalla se desarrolla feroz, en tus ojos veo la hora de
la rendición.
¡Niégate! Creía que eras más fuerte pero veo que no resistes
su poder,
con un último suspiro nos dices adiós. Tus ojos se cierran,
tu esencia se fue.
Rostros llenos de las lágrimas de la desesperación se
deslizan lentamente,
por mejillas que una vez acariciaste, pellizcaste con
emoción y amor.
Ahora, mantente firme en este viaje, ve hacia esa luz que
ilumina tu último destino.
No mires atrás, allí nada necesitarás, nosotros aceptamos tu
derrota, vete en paz.
Y cuando allí estés triste mira hacia abajo, siempre
estaremos ahí para alegrarte.
Emprenderemos una nueva vida sin tu presencia, costará
acostumbrarnos.
Llegarán días de tristeza, pero notaremos tus besos, tus
risas y tus palabras,
que surgirán para hacernos un poco más llevadera tu ausencia.
Recuerdos de ti vendrán y no sabremos cómo manejarlos, pero como
te he dicho:
Nunca el olvido vencerá sobre ellos aparcándolos en su
lejano rincón.
Lo prometo, te prometo que lo haré, aunque pasen los años
siempre recordaré,
aunque no sea de mi agrado ese último suspiro con el que nos
dijiste adiós.
Cuando el día haya terminado y tu presencia ya no esté, ya
sabes qué haré:
Estaré recordando esa vez que me diste beso de pasión,
caricia tierna, mirada de amor.