Hay que amar para sentirse regocijado.
Hay que amar para sentirse uno afortunado
Hay que amar para ver límpido un cielo nublado.
Hay que amar como ama un abanderado
Hay que amar con sabor azucarado
Hay que amar para ser amado
Hay que amar para luego ser aventurado
Hay que amar para acabar anillado
Hay que amar dejándolo todo acabado
Hay que amar con el ardor adecuado
Pero no hay que amar demasiado
Como joven entusiasta alocado
Para no quedarse uno condenado
Al loco mundo del amor infortunado.