Los países sub desarrollados tienen un gran papel en la recuperación económica mundial. Un papel que todavía no se les reconoce y no se le da la importancia que tiene. Para que el mercado de consumo siga funcionando, necesita de nuevos consumidores, y es aquí dónde intervienen estos países. Para que una empresa produzca más, necesita más consumidores de su producto. La bolsa de los “consumidores desarrollados” como los europeos, americanos o asiáticos, siempre es la misma y ya algo saturada. Hay una bolsa que siempre ha estado ahí, sin explotar. Una bolsa llena de unos consumidores que, primero, tienen que salir del sub desarrollo que les impide avanzar hacia la obtención de su propio mantenimiento sin depender de las ayudas externas. Una vez capaces de autogestionarse con sus recursos propios sus miradas se abrirán hacia los productos extranjeros. Habrá más demanda. Nuestras empresas lo agradecerán. Creceremos. Pero para ello, las grandes potencias tienen que invertir más, crear planes para que ellos salgan de ese sub desarrollo, vigilar de cerca de sus dirigentes, y condonarles la deuda externa que los tiene sumidos en una verdadera pobreza. 2000 millones de personas viven con menos de 2 dólares al día. Si esto no se tiene en consideración, si eso no se hace así, habrá que cambiar nuestro sistema capitalista basado en el consumo para que la economía crezca. Y eso, por el momento, está más lejos de la realidad que sacar a esos países del sub desarrollo.
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