Mientras el artículo 35 de la Constitución China dicta: "Los ciudadanos de la República Popular de China disfrutan de libertad de expresión, de prensa, de reunión, de asociación, de procesión y de manifestación"; o su artículo 37 dice "La libertad de la persona de los ciudadanos de la República Popular de China es inviolable(...); o el artículo 38 "Insulto, difamación, calumnia o el marco de arriba contra los ciudadanos por cualquier medio está prohibida"; y su irónico artículo 41 dice "Los ciudadanos de la República Popular de la China tienen derecho a criticar y hacer sugerencias a cualquier órgano del Estado o funcionario", Liu Xiaobo permanece entre rejas por defender los derechos humanos, algo escasos en la República Popular China.
Xiaobo, escritor y disidente chino es considerado uno de los ideólogos de las protestas de Tiananmen en 1989. Liu, de 53 años, es profesor de filosofía en la Universidad de Pekín, presidente de PEN Chino, y uno de los más conocidos activistas pro derechos humanos en el país asiático. Aún con las amenazas lanzadas desde China, el ministro de Exteriores, Yang Jiechi, aseguró que el gesto iría en contra de los principios del Nobel de la Paz y que deterioraría las relaciones entre China y Noruega, Oslo no se amedrentó y prefirió dar el Nobel de la Paz a uno de los destacados luchadores y defensores de los Derechos Humanos que existen en China y que competía con la Fundación Vicente Ferre, no menos merecedora del mismo.
Liu ha sido encarcelado en varias ocasiones en los últimos 20 años, incluidos tres años de 'reeducación' a los que fue condenado en 1996 por los delitos de libelo y desorden público después de criticar al Partido Comunista de China. Se ve que a Liu, los mencionados artículos de la Constitución China, no le protegen por ir en contra del Gobierno que seguro será diferente de cualquier órgano del Estado.
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