miércoles, 19 de octubre de 2011

La Oscuridad de la Habitación.

El interruptor le da paso a la oscuridad y un reino de terror planea por la habitación para instalarse lentamente entre las cuatro paredes. Tinieblas negras, infiernos sulfúreos, abismos oscuros cubren mi cama. Penetran por debajo, lo empapan todo de su olor, de su color. Es terrorífico.
Mi fin está próximo. No es un sueño, es la realidad. Nada puedo hacer.
Almas, espíritus, seres malignos, alguien planea por mi habitación intentando abalanzarse sobre mi cuerpo, apoderarse de mí. Todo cambia en mi ser, la alerta es máxima, el miedo impresionante. Tienen el poder.
Yo, intento resistir debajo de la frágil sabana que nada puede hacer contra esos monstruosos seres de fuego demoníaco con olor a azufre.
Oigo pasos. Se dirigen hacia aquí.
Ellos se dispersan de aquí para allá moviendo sus alas con fuerza, poniendo sus rabos en alerta, babeando bilis que gotean de sus colmillos. Desaparecen.
Alguien abre la puerta. Abren la luz.
¡Es mi madre!
Ahora no tienen el poder. Ya nada pueden hacer contra esa fuerza brutal. Representa el bien. Es mi Diosa protectora.
Se dirige hacia mí. Me besa y lanza un mensaje que detiene todo mal, toda fuerza oscura, toda ocasión de hacerme daño.
“Buenas noches. Duerme bien. Tu padre y yo te protegemos.”
Ahora tengo la fuerza, tengo el poder, lo sé. Sé que ahora no se atreverán a meterse conmigo, aun mi corta edad.
Se va. Cierra la luz.
Estoy más tranquilo.
Nadie aparece.
La Diosa ha vuelto a vencer a esos seres que vienen todas las noches, cuando me acuesto. Pero me pregunto: ¿Cuándo desaparecerán? No sé. ¿Mañana quizá?...

1 comentario:

  1. Molt bo Pere, penso que tothom em tingut aquesta sensació i crec que continua passant, tu ho sabràs millor que jo que ets pare.

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