domingo, 1 de mayo de 2011

Dia de la Madre 2011. Recuerdos de nuestra primera relación.

Madre, ¿te acuerdas de nuestra primera vez? Para ti, era la primera vez que eras madre. Para mi, era la primera vez que venía a este nuevo y desconocido mundo. 
Salí llorando, ¿lo recuerdas? Tus gritos, me asustaron, pero lo que más miedo me dio fue perder ese lugar tan especial e íntimo que compartíamos los dos. Estaba tan bien allí dentro. Tu calor, tu amor, tu voz, tus deseos, tus temores, tus alegrías, tus penas, lo compartíamos todo como si fuéramos un único ser. No pedías nada a cambio. Solo que naciera. Yo, desconocía lo que era. Hasta que un día..., esa brusca separación, por eso lloré desgarradoramente. No quería perderte. No quería marchar de allí. Era mi lugar. El espacio secreto en el cual estábamos tú y yo. Nadie más. Yo, no quería perderte, pero me alejaba de allí impulsado por una descomunal fuerza que parecía querer alejarme de ti. Desgarrar tu cuerpo para separarme de ti. 
¡El miedo a no oírte nunca más!
Lo consiguió. 
Era lo que tú me pedías constantemente y yo tenía miedo abandonar ese seguro lugar. Era nuestro íntimo espacio.
La luz me confundió. ¿Dónde estaba? ¿Me había perdido? 
¡Esas voces! ¿De quién eran? ¿Quienes eran? ¿Dónde estaba mi madre?
Desconcertado, pensaba que te había perdido. Hasta que te vi. Me acercaron a tus brazo y vi a mi diosa. Tu cara, tu rostro, sabes que era desconocido para mí. 
Valió la pena alejarme de allí. Valió la pena conocer, ver, por primera vez, el rostro de mi madre, el rostro de la mujer que me había llevado en su vientre durante tantos días. El rostro de la mujer que había aguantado, soportado, sufrido tanto para que yo naciera. 
El nuevo mundo me regalo tu mirada. Me cogiste. Me tranquilizaste y me besaste y me acariciaste y me amaste. ¡Para siempre! Tu incondicional amor. Nunca lo perdiste.
Te acuerdas. Fue el comienzo de nuestra relación. 
Esos, son los recuerdos de nuestra primera relación. Recuerdos que se perderán en el interior de mi cabeza una vez yo me haga grande. 
En cambio tú... ¡Nunca los perderás!

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