sábado, 25 de marzo de 2023

El Bien y el Mal

 

 

Árbol del conocimiento del Bien y el Mal

 Imagen extraída de: www.supercoloring.com

 

Les hablaré sobre el bien y el mal.

O sobre lo bueno y lo malo.

Pero no lo feo porque parecería una película que yo sé de western.

Fuera bromas.

Para iniciar esta entrada, les haré una pregunta: ¿de dónde creen ustedes que viene el concepto de el Bien y el Mal?

Les responderé rápidamente: es una creación humana.

El concepto digo.

¿Cómo que no?

Un león mata a las crías de su antecesor para poder iniciar su reinado.

Con ello consigue que las hembras entren en celo y así poderlas fecundar.

Se inicia su saga.

¿Cree usted que el león conoce el Bien o el Mal?

¿Que sabe diferenciarlo?

¿Ha respondido rápidamente la pregunta, o tiene dudas?

El león, ni sabe que existen.

El concepto de el Bien o el Mal, le vuelvo a repetir, es humano.

Otro ejemplo.

Una mujer es asaltada dentro de su casa. Durante el forcejeo con el ladrón consigue hacerse con un cuchillo y se lo clava al corazón y lo mata.

¿Para usted sería el Bien o lo bueno, o sería lo malo?

Cambiemos los papeles con el mismo escenario.

Ese mismo hombre, el asaltante, durante el forcejeo con la mujer, coge el cuchillo y se lo clava al corazón de la mujer.

¿Eso sería el Mal?

El hecho es el mismo.

Clavar el cuchillo y matar una persona.

Violencia total. Como el león.

Son nuestras normas morales las que dictaminan que ese mismo acto sea considerado como el Bien o el Mal.

La violencia, existe en los dos.

Dicha dicotomía del Bien y del Mal ha sido creada por una mente moralista que nos ha querido instruir y llevar hacia el camino de lo que se considera lo correcto o bueno y moral o lo incorrecto, malo e inmoral.

Ningún animal, excepto el ser humano, es capaz de separar o definir una cosa de la otra.

Que yo sepa, vamos.

Los animales, actúan, por instinto, no por moral.

En cambio, el ser humano cataloga el acto según sus normas morales.

Pero el acto, en sí, que origina el hecho a calificar, existe y siempre existirá.

Y le preguntaré, ¿por qué cree que se crearon las normas morales para separar dichos actos y catalogarlos como el Bien y el Mal?

Es una buena pregunta que igual yo ni se la sé responder.

Lo intentaré a mi manera.

Para eso, nos vamos unos 2.600 años atrás.

No mucho más.

A no ser que alguien diga lo contrario, no se tienen conocimientos escritos que nos lleven más atrás.

Entonces, ¿antes existía el Bien y el Mal?

Pues claro. No tenemos dudas de eso.

¿O sí?

Le diré que los actos malvados siempre han existido.

Y actos de heroísmo, altruistas y de gran valor moral, también.

Pero nadie los catalogaba.

Los hacían y punto.

Pero, vayamos a la primera pregunta que es la que nos interesa.

La definición del Bien y el Mal.

La de la creación de las normas morales.

Para eso, tenemos que tener claro que el ser humano es un animal racional.

Algunas cosas nos diferencian de los otros animales.

Digo yo.

Bueno… algún burro suelto hay por este mundo y es humano.

Vaa, sigamos.

¿Cuando nos hicimos racionales? No lo sé.

Por la evolución, supongo.

Lentamente, claro.

En nuestra evolución el ser humano comienza a hacerse intelectual.

La comunicación, el contacto con otros grupos, el amor y apego, la caza, el arte, la confección de utensilios para diferentes usos, construyen nuestro sistema cognitivo hacia lo racional e intelectual.

No es hasta el nacimiento de los grandes filósofos que se quiere definir esa racionalidad y separar nuestros actos.

Catalogar lo bueno de lo malo.

Separar el Bien del Mal.

Los animales actúan por impulsos, por instintos, por necesidades.

El humano tenía que separarse de esos impulsos y actuar bajo unas normas éticas.

Un comportamiento dirigido hacia lo correcto que nos diferenciaría de lo que hasta ahora habíamos sido: animales.

Se preguntaron el cómo definir esa transformación y cómo instruir a un conjunto próximo o alejado.

Mediante enseñanzas orales y, lo más importante, escritas que indicasen qué era el Bien y el Mal.

Un legado que nadie podría detener.

Tradiciones filosóficas antiguas nos dijeron que dentro del Bien existía el Mal y dentro del Mal existía el Bien.

Yin y Yang.


Una dualidad que, aunque diferente, existe en el ser, el mundo y el universo.

Dos principios opuestos pero que dependen el uno del otro, si no, no pueden existir y, por tanto, no es necesaria la ética o la moral.

Pero que uno, el Bien, es lo que nos diferenciaría del ser irracional.

Antiguas civilizaciones, para hacernos comprender lo que pasaba en la naturaleza, en los seres, en los actos de los propios humanos, crearon dioses y les pusieron nombres y nos quisieron hacer entender que según el suceso era creado por un dios enfurecido o benévolo que a veces nos castigaba o nos premiaba por nuestros actos.

 

Poseidón castigando a los Humanos.

Imagen extraída de: www.ecured.cu

 

Actos relacionados con el Bien o el Mal, siempre.

Religiones que para reforzar esa idea del Bien y del Mal pusieron iconos: Dios, el Bien; el Diablo, el Mal.


Dios y el Diablo manteniendo un pulso.

 Imagen extraída de: Amazon

 

 

Otra ramificación del camino filosófico que nos quería hacer entender que formaba parte de nosotros.

Utilizando imágenes hermosas o abominables nos hacían comprender, marcarnos en nuestras mentes que lo bueno y lo malo eran diferentes el uno del otro, pero paradójicamente estaban integrados en un cuerpo.

Una imagen vale más que mil palabras para reforzar la idea.

Y ese cuerpo, dirigido por una mente cada vez más instruida, tenía que saber elegir entre el Bien y el Mal.

Que eramos nosotros, con nuestros actos, los que elegíamos hacer el Bien o el Mal según las normas morales dictadas por los grandes líderes filosóficos, moralistas o religiosos.

Escribieron largos tratados filosóficos para indicarle a la sociedad qué era lo bueno y lo malo.

Lo repito, sí.

Prueba de ello son las distintas normas que se crearon, se crean y se crearan para dirigir una sociedad hacia lo correcto o racional o lo incorrecto o irracional y saber diferenciar entre lo que es el Bien y el Mal.

Hacia dónde se tenían que dirigir los actos humanos.

Algunas religiones las hicieron escuetas, cortas, entendibles y fáciles de recordar.

Prueba de ello son los Diez Mandamientos. Solo diez!!

Corto pero es todo un decálogo ético moralista.

En la actualidad, los modernos pensadores quisieron diseccionar aún más el concepto del Bien y del Mal.

Palabras que eran un todo muy genérico.

Catalogaron nuestros actos de tal manera con grandes códigos civiles o penales, cambiantes y adaptables a los tiempos, para así poder diferenciar lo que es el Mal del Bien.

Tipificaron el Mal.

Y dentro del Mal puede haber un mal muy malo, o un mal que, aunque no es bueno para nuestra sociedad, no es tan grave, pero en definitiva es el Mal.

Prueba de ellos son los Homicidios, Asesinatos, los Hurtos, los Robos con fuerza y un largo etcétera en que un mismo perjuicio puede ser tipificado de distintas maneras.

Un mismo acto, la posesión material o de la vida, pero definido según cómo se haya hecho.

Si se han utilizado armas, si se ha producido de día o de noche, el valor de lo robado…

Todo, circunstancias agravantes.

Sus actos, siempre serán determinados por una sociedad cambiante que le dirá si ha hecho el Bien o el Mal según los tiempos y pensamientos.

Pero recuerde, el Bien y el Mal, siempre existirán ya que es intrínseco de los seres vivos.

¿Cuando nació? No lo sé.

Pero la posesión de lo material, una manzana, por tanto algo material, según la religión fue su inicio.

El ser humano es fácil de corromper. Es materialista.

Muchas veces sus actos se dirigen hacia el Mal.

Muchas veces para conseguir un beneficio material o la vida de una persona.

Nada más motivan los actos de las personas.

Diferente del Bien que solo da un beneficio espiritual; por tanto, inmaterial.

No visible; no palpable.

El Bien y el Mal le acompañaran a lo largo de su vida, siempre en el momento de elegir como gestionar sus acciones o pensamientos para ese deseo material.

Elija el Bien, todos saldremos ganando.

El problema nos vendrá cuando sean los otros que, movidos por ese interés material, elegirán un camino que no nos es nada conveniente: el Mal.


4 comentarios:

  1. Me quedo en la frase: "Elija el Bien, todos saldremos ganando"
    Tot aniria millor!!

    ResponderEliminar
  2. Por sus actos los conoceréis y la diferencia esta en el resultado , no existe el bien y el mal si no lo normal y lo anormal , Mi modesta opinión.🥰

    ResponderEliminar
  3. Muy acertada reflexión y gran verdad, lástima que en muchos casos el mal acaba corrompiendo a individuos buenos que actúan protegiendo su existencia frente a otros no tan buenos

    ResponderEliminar
  4. De vegades no sabem el que potser bo o dolent, perquè tu pots preguntar a dos persones, i el que per a una es bo, per a l'altra es dolent. Per exemple, tens a una persona 100% depenent, una preferiria anar a la residencia perque mentres treballes no la atens, sin embargo una altra prefereix estar sola a entrar allí.

    ResponderEliminar