jueves, 23 de mayo de 2024

Los modelos de la moda.

Imagen de Pexels en Pixabay.
 

Hace poco estuve en la capital.

No en Amposta, capital del Montsià, sino en Barcelona.

Cuando llego a la ciudad, me gusta observar todo lo que sucede a mi alrededor.

Me gusta tener consciencia situacional de lo que pasa.

Me gusta observar a los individuos de la metrópolis.

Casi siempre veo cosas diferentes que suceden ante mi presencia.

En la calle capitalista, veo gente que pasa caminando, corriendo, escuchando música, mirando el móvil, hablando con el aire, conversando, leyendo el periódico, etc.

Un tipo con falda buscando por las papeleras.

En fin...

Algunos, parecen robots; otros, máquinas de otro tiempo; otros, no tienen el sentido del ridículo lo más mínimo.

Me encanta esa diversidad.

Me deslizo escaleras a bajo hacia el underground.

Durante el trayecto en metro, observo a las personas que suben y bajan en las paradas.

Unos, se quedan de pie; otros, se sientan, ocupando rápidamente un lugar vacío dejando a personas mayores que disfruten de su fracaso y que se acuerden aún más de sus dolores, de su cansancio y de que son viejos.

Humanismo ausente.

Una mujer mayor estornuda.

“Jesús”, le digo.

Se me queda mirando como si recordase que había un tiempo pasado en que la educación era la primera norma.

Sigue el ruido de la máquina desplazándose a toda velocidad acompañado del silencio de los presentes.

Una chica toda tatuada, con un corte de pelo extraterrestre, vestida con una moda aún por llegar, conectada a sus auriculares, tararea una canción con sus labios mientras desliza sus manos por el aire, supongo, al ritmo de la canción.

Silencio. Todos a su bola.

Se nos acerca una persona de etnia sudamericana. Sus rasgos lo delatan. 

Va con un acordeón y un altavoz.

Se pone a cantar.

Casi nadie le escucha.

Acaba su actuación.

Pide disculpas si ha ofendido a alguien.

Silencio.

Solo una persona le da dinero.

Se va.

Llego a mi destino y bajo rápidamente.

Me cruzo con una asiática, supongo japonesa por sus rasgos. Va vestida de "manga".

Adiós.

El rebaño, ni se inmuta.

Caminando hacia mi destino, sigo observando.

Llego. 

Entro y me siento en una sala de espera abarrotada de gente.

Reflexiono sobre todo lo que ha sucedido.

Un punto de unión me atrae: desfile variopinto de modelos corporales.

Surge una pequeña sonrisa en mis labios.

He visto pasar personas de todas las culturas, sexos, tallas, tipos, y no digo colores porque queda mal.

Mucha diversidad.

Mi cerebro crítico-reflexivo aún está funcionando. 

He estado observando constantemente personas.

Sí, de acuerdo.

Solo me ha llamado la atención una cosa: no he encontrado ninguna mujer u hombre tipificado modernamente como “el estereotipo de modelo”.

Si, esa persona que sale en las pasarelas, desfiles o como quiera llamarle.

Esa persona “prototipo” que los grandes, o no tanto, de la moda los utilizan para mostrarnos su nueva creación.

 

Imagen de Sabrina Belle en Pixabay

 

Me digo: durante horas, he estado por una gran ciudad y no he visto a nadie que se le asemeje, ni de cerca, a ninguna de esas personas.

A los modelos, quiero decir.

He visto cuerpos pequeños, regordetes, gordos, gráciles, enjutos, nervudos, robustos, gruesos, rollizos, extremadamente delgados, altos, bajos… De todo menos a los que me refiero.

Entonces, pienso: ¿a quién representan esos modelos? Porque no he visto persona similar a las que salen en esos desfiles de alta costura a los que ni a usted ni mí nos verán con nuestra presencia.

Entonces, volvamos, ¿a quién representan?

Bueno, a alguna parte del conglomerado de personas que vivimos en el mundo, supongo.

Bien. Por si no lo sabe, existen tres tipos de cuerpo: ectomorfo, endomorfo y mesomorfo.

Cada uno tiene su morfología.

Por sus características, el ectomorfo, correspondería al de los modelos: altos, delgados, extremidades largas, hombros estrechos, de poco peso.

Guapo o feo, no va con el tipo de cuerpo.

¿Se da cuenta? La realidad se aleja de esa ficción creada que circula por el mundo de las pasarelas que parecen querer representar a solo una tercera parte de los cuerpos humanos.

Surgen las preguntas.

¿Por qué no utilizan personas normales?

Ojo, normales lo somos todos.

Al decir normales quiero referirme a un tipo de cuerpo que nos represente a todos, o a casi todos.

Me lo voy a inventar.

Un “endo-ecto-meso-formo”.

Lo siento, no existe.

Si existe una mayoría, de 2 a 1, “endo” y “meso” contra “ecto”, ¿por qué no se los representa en esos desfiles?

¿Qué hay detrás de la mente de esos organizadores de desfiles de moda para elegir solo al “ecto”?

¿Qué motivos impulsan a elegir solo un tipo de cuerpo?

¿Se hacen esos vestidos solo para el “ecto”?

Los demás, ¿no nos los podemos poner?

¿Solo es rico o inmensamente rico el “ecto? Entonces, ¿solo los compra el “ecto”?

Esos vestidos tan caros, claro. 

Igual sí, digo yo.

Lo preocupante es que eso va más allá.

Películas, series, propaganda, casi todos utilizan al “ecto” como modelo de éxito.

Los estadounidenses, los que más; los europeos, y concretamente lo españoles, no tanto.

Se acuerda de actores de los setenta u ochenta como Fernando Esteso, Martínez Soria, Alfredo Landa, Rafaela Aparicio, Florinda Chico, el gran José Luís López Vázquez, Gracita Morales, Álvaro Vitali, Peter Sellers…

No eran ni de cerca del tipo “ecto”.

Ahora, no tendrían cabida. 

En el tiempo, hay un eslabón perdido en el que se decide elegir al “ecto” como modelo a seguir.

¿La creación de James Bond y sus bellas mujeres rompió con el esquema? ¿Ese es el eslabón?

Ni idea. Igual sí.

¿Qué ha pasado desde entonces hasta ahora para que el “ecto” haya ganado la presencia tanto en el mundo de la moda como en el de la pantalla?

Lo desconozco. Igual hay alguna explicación científica.

Señores del cine y de la moda, les pregunto: el héroe, el protagonista, el que más sabe, el más ágil, el erudito, el guapo, el moderno, el que viste bien, ¿solo tiene el cuerpo “ecto”?

Creo que no.

¿Usted se imagina un siglo XXI en el que se pudieran ver desfiles de moda con los tres tipos de cuerpos?

Películas, propagandas, desfiles de moda con la diversidad existente de esos millones de tipos de cuerpo que deambulan por el mundo que se merecen un respeto y una representación.

¿Poder llegar a ver en la pantalla héroes que se alejasen del estereotipo ectomorfo y de lo perfecto, guapo, educado, serio e inteligente?

Tampoco quiero que nos represente un Torrente.

Nadie quiere decir que ahora tengamos que ser obesos, dejados, sucios y malolientes.

Seamos serios.

Me refiero a las personas normales, del montón, de las que se ven diariamente por todos los lugares, sitios y mundos con sus cuerpos que se alejan del estereotipo.

Personas que van por los andamios, limpiando las calles o las casas, en los talleres, en el mercado, en las oficinas, en los colegios, en el campo, sirviendo en los bares, taxistas, camioneros, butaneros...

Quien sea y donde sea.

Con todo respeto, a esos me refiero.

Los héroes de verdad.

¿Qué pasa, que esos cuerpos no se visten? ¿Esas personas no protagonizan una vida? ¿No pueden ser héroes?

El día que se estrena una película con un héroe obeso o fuera de lo "ecto" entonces es del género de comedia o risa. 

Vaya hombre.

Para partirse, vamos.

Esperemos que las cabezas pensantes se den cuenta del daño que han hecho y están haciendo al querer hacer creer a las generaciones que se dejan influir con solo un clic electrónico o con la visualización de un vídeo que solo la representación de lo que es humano está creado, adaptado y solo lo puede hacer un cuerpo ectomorfo.

Esperemos aceptaciones de la diversidad y los pertinentes cambios en las pasarelas, en la pantalla y donde sea hacia modelos más representativos de la humanidad.

Volveré a la urbe. Veré diferentes tipos de cuerpos y creeré firmemente en la diversidad y su falta de representación.



P.D. Como marca la RAE he utilizado el género masculino para aludir conjuntamente a ambos sexos y no tener que poner masculino y femenino constantemente al referirme a las personas..






2 comentarios:

  1. Homeeeee el cuerpo ecto te unes mides característiques, 90cm-60-90 que ho fan més fàcil alhora de fer los vestits etc què molt probablement només serviran per ensenyar la habilitat o de lo que es capaç de fer el dissenyador, per impactar, tot publicitat, tenen una preus desorbitats perquè, segurament la gent de diners que es vol sentir diferent de la plebe es gastarà estos diners. I la alçada també juga un paper important alhora de mostrar, de imatge etc i les peliqules surten casi sempre los ectos guapos etc pel motiu que la gent s'imagina quan la veu què és un o l'altre o li agrada la actriu amor platònic etc

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  2. Pere, sempre m'he fet la mateixa reflexió. I al final crec, penso que natros som del "montón"que hi ha unes altres persones al món, que no tenen res que vore, viuen paral.leles a les nostres vides, així que crec que és per a elles tots/es els models i el que representen.

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